sábado, 16 de junio de 2012

"MODOS Y CONCEPTOS DE ENFERMAR"


"MODOS Y CONCEPTOS DE ENFERMAR"

Las reflexiones actuales sobre el trayecto salud-padecimiento-enfermedad-atención surgen de una herencia compleja y antigua en la que se anudan diversas tentativas para su comprensión. En este trabajo se revisan someramente algunos estudios que han abordado este trayecto a lo largo de la historia. El énfasis principal está puesto en los enfoques social y antropológico; se señala el papel de la eficacia simbólica, concepto antropológico de la "cura por la palabra". 

Como aspecto central se revisan los modelos propuestos por Canguilhem para su interpretación; se describen los modelos ontológico, dinámico y social. Posteriormente se hace un recorrido a partir de las décadas centrales del siglo XIX, en plena instalación del positivismo, cuando se desarrollaron las bases científicas de la medicina. Se describe la insuficiencia del modelo unicausal y se señalan otras explicaciones sobre los factores que intervienen en la génesis de las enfermedades. Asimismo, se menciona la situación sociopolítica como condicionante de la enfermedad y la manera en que tomó auge la concepción sociológica. Al final se describen algunas corrientes contemporáneas desde la perspectiva interpretativa de la antropología médica, enfatizando el desarrollo de los conceptos de enfermedad (disease), padecimiento (illness) y disfunción social (sickness).

Perspectiva antropológica

Desde la perspectiva interpretativa de la antropología médica contemporánea se han realizado numerosos esfuerzos en este sentido, como el desarrollado para integrar los conceptos de enfermedad (disease), padecimiento (illness) y disfunción social (sickness).

En el intrincado trayecto salud-enfermedad, la mirada sociológica se ha propuesto dilucidar la discrepancia entre la enfermedad y el padecer. No está muy claro quién señaló inicialmente esta diferencia; sin embargo, Susser fue quien trató de aclarar la confusión al proponer la enfermedad (disease) como proceso fisiopatológico o enfermedad objetiva, y padecer (illness) como mal, dolencia o estado subjetivo percibido por el individuo. Recientemente algunos antropólogos han retomado de Parsons la categoría de disfunción social (sickness), referida a las acciones y comportamientos del individuo enfermo en la sociedad.

Kleinman ha integrado los conceptos de enfermedad (disease), haciendo referencia al modelo biológico, como la alteración o disfunción de órganos o sistemas, padecer (illness), como una categoría que incorpora la experiencia y la percepción, y malestar (sickness), como el producto de la relación de los anteriores (malestar igual a enfermedad más padecimiento), enfatizando la importancia del padecer en su connotación social y cultural. El mismo autor afirma que ambas, enfermedad y padecimiento, son socialmente construidas. El padecimiento es la vía por la que el hombre enfermo percibe, expresa y contiende con el proceso de enfermar, por lo tanto, el padecer antecede al malestar. Según este autor, el malestar requiere de la participación del discurso médico profesional para su construcción. Por su parte, Aguirre Beltrán dio un impulso cardinal a la legitimización de la mirada antropológica en el campo de la salud, ante una perspectiva biomédica en la que se centraba la explicación de los problemas de salud.

Algunos autores, más recientemente, han profundizado en la mirada antropológica de las prácticas médicas con sus estudios sobre los diversos esquemas terapéuticos: profesional, tradicional y popular. Menéndez desarrolló estudios sobre las formas en que se articulan las diversas instituciones que actúan sobre la salud y la enfermedad. Otros estudios relevantes sobre la salud dentro de la corriente antropológica son los de Castro, quien ha incursionado en el enfoque cualitativo sobre la subjetividad de los individuos en torno de los padecimientos, la enfermedad y la manera en que la experiencia y los significados se modulan de acuerdo con la estructura social.

Otra propuesta es la de Good y Good, quienes propusieron un modelo que llamaron "cultural hermenéutico" para comprender la medicina occidental. Sugirieron que en el proceso de la enfermedad se relacionan los estados biológicos y psicológicos, mientras que el padecimiento está situado en el dominio del lenguaje y los significados, por lo que constituyen la experiencia. De acuerdo con lo anterior, el padecimiento es fundamentalmente semántico, y su transformación en enfermedad, como experiencia humana y objeto de atención médica, ocurre por medio de un proceso de atribución de significados. De esta manera, el padecimiento se convierte en una experiencia con significado para cada individuo dentro de la red de significados inherente a cada cultura en particular.

Las propuestas anteriores colocan el malestar en una categoría subordinada a la enfermedad y al padecimiento. Young considera que le corresponde la misma relevancia al malestar. En este mismo sentido, Almeida propone el modelo "Complejo enfermedad-padecimiento-malestar", que destaca el componente político e ideológico de la práctica médica, basada en relaciones de poder que propician la distribución diferencial de enfermedades y tratamiento.

Reflexiones finales

Bibeau y Corin señalan que la complejidad del proceso salud-enfermedad resulta del énfasis del estudio de las experiencias subjetivas de enfermarse, y reafirman la necesidad de contar con una aproximación macrosocial para comprender el contexto local; es decir, exploran la relación entre los sistemas semiológicos de significados, las condiciones externas que producen la enfermedad (contexto económico-político y los determinantes históricos) y la experiencia de enfermarse.

A finales del siglo XX y principios del XXI, nos encontramos con las aportaciones de la biología molecular que pretende explicar las causas de la enfermedad por la constitución genética de los seres humanos. Si bien existen en este campo avances sorprendentes, el papel de lo social y cultural no puede relegarse. Conceptualizar la salud y la enfermedad demanda explicaciones sustentadas en modelos más complejos que incluyan un espectro más amplio que el molecular-subindividual-sistémico-ecológico en la dimensión biológica y el individual-social-cultural en la dimensión histórica.

En la actualidad, se reconoce, sin lugar a dudas, que las ciencias de la salud cubren un amplio espacio: desde acontecimientos de dimensiones moleculares hasta el conglomerado social. Se hace evidente cada vez más el origen de las enfermedades y se conoce con mayor profundidad el funcionamiento del ser humano mediante el estudio de las bases celulares y moleculares. También es cierto que la salud y la enfermedad están condicionadas por influencias sociales, y que la comprensión cabal del ser humano requiere de la integración de conocimientos de muy distintos orígenes.

La intención de este artículo no es sellar con un concepto concluido sobre el trayecto salud-enfermedad-atención, ya que eso implicaría llevar a cabo un estudio descomunal a partir de la combinación integral de un análisis teórico riguroso de las circunstancias y el tiempo histórico de cada sociedad. Considerar que la salud es un privilegiado punto de encuentro dentro de un sistema de signos, significados y prácticas de salud, entre el individuo, el ambiente y la organización social, y entre lo público, lo privado y la comunidad, es un reto perentorio. De esta reflexión surge la necesidad de seguir construyendo sobre el trinomio enfermedad-padecimiento-malestar como parte constitutiva del trayecto salud-padecimiento-enfermedad-atención, es decir, sobre el proceso de enfermarse sin dejar de lado su connotación social, las trayectorias individuales, los símbolos culturales, el contexto macrosocial y la determinación histórica.

HECHO POR: YAZMIN MOO, ELVI MORALES, ARIATNE UC MOO


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