"MODOS Y CONCEPTOS DE ENFERMAR"
Las reflexiones actuales sobre el trayecto
salud-padecimiento-enfermedad-atención surgen de una herencia compleja y
antigua en la que se anudan diversas tentativas para su comprensión. En este
trabajo se revisan someramente algunos estudios que han abordado este trayecto
a lo largo de la historia. El énfasis principal está puesto en los enfoques
social y antropológico; se señala el papel de la eficacia simbólica, concepto
antropológico de la "cura por la palabra".
Como aspecto central se
revisan los modelos propuestos por Canguilhem para su interpretación; se
describen los modelos ontológico, dinámico y social. Posteriormente se hace un
recorrido a partir de las décadas centrales del siglo XIX, en plena instalación
del positivismo, cuando se desarrollaron las bases científicas de la medicina.
Se describe la insuficiencia del modelo unicausal y se señalan otras
explicaciones sobre los factores que intervienen en la génesis de las
enfermedades. Asimismo, se menciona la situación sociopolítica como condicionante
de la enfermedad y la manera en que tomó auge la concepción sociológica. Al
final se describen algunas corrientes contemporáneas desde la perspectiva
interpretativa de la antropología médica, enfatizando el desarrollo de los
conceptos de enfermedad (disease), padecimiento (illness) y disfunción social
(sickness).
Perspectiva antropológica
Desde la perspectiva interpretativa de la antropología
médica contemporánea se han realizado numerosos esfuerzos en este sentido, como
el desarrollado para integrar los conceptos de enfermedad (disease),
padecimiento (illness) y disfunción social (sickness).
En el intrincado trayecto salud-enfermedad, la mirada
sociológica se ha propuesto dilucidar la discrepancia entre la enfermedad y el
padecer. No está muy claro quién señaló inicialmente esta diferencia; sin
embargo, Susser fue quien trató de aclarar la confusión al proponer la
enfermedad (disease) como proceso fisiopatológico o enfermedad objetiva, y
padecer (illness) como mal, dolencia o estado subjetivo percibido por el
individuo. Recientemente algunos antropólogos han retomado de Parsons la
categoría de disfunción social (sickness), referida a las acciones y
comportamientos del individuo enfermo en la sociedad.
Kleinman ha integrado los conceptos de enfermedad (disease),
haciendo referencia al modelo biológico, como la alteración o disfunción de
órganos o sistemas, padecer (illness), como una categoría que incorpora la
experiencia y la percepción, y malestar (sickness), como el producto de la
relación de los anteriores (malestar igual a enfermedad más padecimiento),
enfatizando la importancia del padecer en su connotación social y cultural. El
mismo autor afirma que ambas, enfermedad y padecimiento, son socialmente
construidas. El padecimiento es la vía por la que el hombre enfermo percibe,
expresa y contiende con el proceso de enfermar, por lo tanto, el padecer
antecede al malestar. Según este autor, el malestar requiere de la
participación del discurso médico profesional para su construcción. Por su
parte, Aguirre Beltrán dio un impulso cardinal a la legitimización de la mirada
antropológica en el campo de la salud, ante una perspectiva biomédica en la que
se centraba la explicación de los problemas de salud.
Algunos autores, más recientemente, han profundizado en la
mirada antropológica de las prácticas médicas con sus estudios sobre los
diversos esquemas terapéuticos: profesional, tradicional y popular. Menéndez desarrolló
estudios sobre las formas en que se articulan las diversas instituciones que
actúan sobre la salud y la enfermedad. Otros estudios relevantes sobre la salud
dentro de la corriente antropológica son los de Castro, quien ha incursionado
en el enfoque cualitativo sobre la subjetividad de los individuos en torno de
los padecimientos, la enfermedad y la manera en que la experiencia y los
significados se modulan de acuerdo con la estructura social.
Otra propuesta es la de Good y Good, quienes propusieron un
modelo que llamaron "cultural hermenéutico" para comprender la
medicina occidental. Sugirieron que en el proceso de la enfermedad se
relacionan los estados biológicos y psicológicos, mientras que el padecimiento
está situado en el dominio del lenguaje y los significados, por lo que
constituyen la experiencia. De acuerdo con lo anterior, el padecimiento es
fundamentalmente semántico, y su transformación en enfermedad, como experiencia
humana y objeto de atención médica, ocurre por medio de un proceso de
atribución de significados. De esta manera, el padecimiento se convierte en una
experiencia con significado para cada individuo dentro de la red de
significados inherente a cada cultura en particular.
Las propuestas anteriores colocan el malestar en una
categoría subordinada a la enfermedad y al padecimiento. Young considera que le
corresponde la misma relevancia al malestar. En este mismo sentido, Almeida
propone el modelo "Complejo enfermedad-padecimiento-malestar", que
destaca el componente político e ideológico de la práctica médica, basada en
relaciones de poder que propician la distribución diferencial de enfermedades y
tratamiento.
Reflexiones finales
Bibeau y Corin señalan que la complejidad del proceso
salud-enfermedad resulta del énfasis del estudio de las experiencias subjetivas
de enfermarse, y reafirman la necesidad de contar con una aproximación
macrosocial para comprender el contexto local; es decir, exploran la relación
entre los sistemas semiológicos de significados, las condiciones externas que
producen la enfermedad (contexto económico-político y los determinantes
históricos) y la experiencia de enfermarse.
A finales del siglo XX y principios del XXI, nos encontramos
con las aportaciones de la biología molecular que pretende explicar las causas
de la enfermedad por la constitución genética de los seres humanos. Si bien
existen en este campo avances sorprendentes, el papel de lo social y cultural
no puede relegarse. Conceptualizar la salud y la enfermedad demanda
explicaciones sustentadas en modelos más complejos que incluyan un espectro más
amplio que el molecular-subindividual-sistémico-ecológico en la dimensión
biológica y el individual-social-cultural en la dimensión histórica.
En la actualidad, se reconoce, sin lugar a dudas, que las
ciencias de la salud cubren un amplio espacio: desde acontecimientos de
dimensiones moleculares hasta el conglomerado social. Se hace evidente cada vez
más el origen de las enfermedades y se conoce con mayor profundidad el
funcionamiento del ser humano mediante el estudio de las bases celulares y
moleculares. También es cierto que la salud y la enfermedad están condicionadas
por influencias sociales, y que la comprensión cabal del ser humano requiere de
la integración de conocimientos de muy distintos orígenes.
La intención de este artículo no es sellar con un concepto
concluido sobre el trayecto salud-enfermedad-atención, ya que eso implicaría
llevar a cabo un estudio descomunal a partir de la combinación integral de un
análisis teórico riguroso de las circunstancias y el tiempo histórico de cada
sociedad. Considerar que la salud es un privilegiado punto de encuentro dentro
de un sistema de signos, significados y prácticas de salud, entre el individuo,
el ambiente y la organización social, y entre lo público, lo privado y la
comunidad, es un reto perentorio. De esta reflexión surge la necesidad de
seguir construyendo sobre el trinomio enfermedad-padecimiento-malestar como
parte constitutiva del trayecto salud-padecimiento-enfermedad-atención, es
decir, sobre el proceso de enfermarse sin dejar de lado su connotación social,
las trayectorias individuales, los símbolos culturales, el contexto macrosocial
y la determinación histórica.
HECHO POR: YAZMIN MOO, ELVI MORALES, ARIATNE UC MOO
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